martes, 26 de septiembre de 2017

El único rumbo que se mantiene es la deriva

Capítulo 10 de "El agujero", un cuento de unas 30 páginas y de hace unos 24 años.
A veces este diálogo conmigo misma vuelve.

-10-

–Esto está soso, pásame la sal.

–A mí me gusta así. Supongo que porque no me puedo pasar con el sodio me hago a la idea de que de esta forma sabe mejor.

–Es lo mismo que lo mío con el azúcar; me he acostumbrado al café amargo y aunque a veces un poco de dulce lo corone de gloria en general no soporto que sea empalagoso.

–¿Sabes? No sé escribir.

–No importa, yo no sé leer.

–Y no sé dibujar.

–No importa, soy ciego.

–No puedo bailar.

–No importa, yo tengo amputados brazos y piernas.

–Parezco un grajo cantando.

-Yo estoy a punto de degollarme.

–¿Qué piensas de mí?

–¿Y qué piensas tú de mí?

"Porfavorporfavor, dime quién soy"
(Agenda marrón, 2015).

domingo, 17 de septiembre de 2017

Más viva que muerta

Pulí catorce frases y un soneto,
tres cartas, dos informes, seis facturas;
el ripio que alegre mi sepultura
tan fácil es que nunca lo completo.

Ciento cuarenta libras de cansancio,
metro setenta de alegría y lucha.
Me limpian las tristezas en la ducha
champú de olvido y gel de orgullo rancio.

El coste de una vida, ¿en qué consiste?
¿Euros por año?¿conclusiones ciertas?
¿Cuánta comida pagaste y comiste?

Estrábica muy ciega y poco tuerta;
aunque a menudo la angustia me embiste
creo que valgo más viva que muerta.









domingo, 10 de septiembre de 2017

Paseo hacia la casa vacía

¿Son útiles los vicios?
Hace casi 24 años quise hacerle a mi prima Ana una visita sorpresa en León, pero la sorpresa fue que no estaba en casa. Me puse triste, sentí perdido el tiempo y en el bus de vuelta a Madrid escribí esto. Hacerlo me confortó. La poesía es un vicio útil, a veces.

Me lo he encontré por casualidad hace unos días y se nota que prácticamente no escribo porque más que evolucionar he involucionado; pero lo disfruto igual.

En la mañana de hoy llamé a tu puerta
ya que era pronto y aún te encontraría.
Tras larga espera, la casa vacía,
y yo las llenas calles vi desiertas.

Luego por tu acera paseé un rato
ya que era pronto y te vería pasar.
Los ojos jadeando de tanto forzar
la vista. En calles llenas, sola ando.

Miré en comercios, puentes, parques, bares,
ya que era pronto y aún tendría suerte;
de ansia y fe ciega iba haciendo un alarde

escrutando caras, ropas, andares.
En cualquier lado pretendía verte
mas, sin haberte hallado, se hizo tarde.

Zia Mei, entonces Esther Muñiz
10-XII-93


sábado, 9 de septiembre de 2017

Vacíos paralelos


Llevo diez penachos de lenguas al viento
y así hala el aire lo que me he callado.
Lamo el disparate que es este momento
de pensar las veces que no te he besado.

De lo no ocurrido salgo más herida
con dulce penuria que el tiempo no cura.
Redoler fantasma de amputada vida,
muñón que mantiene morbo y hendedura.

En otro universo una yo distinta
tal vez por fortuna o quizá por duelo,
con otros lenguajes e imposible tinta

cultiva unas frases dándose consuelo.
Me cree gozando su alegría extinta,
pero duerme y sueña mientras yo te velo.