miércoles, 31 de mayo de 2017

Pero yo. (Adiós, Flamingo).

27 de mayo de 2017

La fruta de temporada se pudre en mi nevera con la estética de una película de Peter Greenaway. El verde, la frescura, se van. Me esfuerzo por ver hermoso el caos de la cocina como si fuese un rodaje del mismo Pedro Verdelejos, pero el intento tampoco es fresco, he forzado muchas veces hoy darle sentido visual al desastre.
(...pero yo...)
Estoy cansada, la casa está cansada.
Salgo a la calle, hablo, dudo, escucho, dudo más.
Voy a escribir un rato en mi libreta. Hoy es el último día del Flamingo, me acerco a despedirme. Hace frío al fondo del sitio con nombre de pájaro en llamas, mejor me instalo incómodamente en la mesa alta que hay entre las dos puertas de entrada. Ropa rara y artificialidad en la postura de escribir que es de por sí una ocupación canalla en un bar porque aísla.
pero yo
Qué importante es escribir, a ser posible a diario. Otro gran sistema excretor. ¿Recuperaré la costumbre?
(pero ¿yo quién soy?)
Huele bien aquí. ¿Colonia, friegasuelos?
Respondo a una pregunta que no me han hecho ni me harán:
sí, yo. La que está bebiendo una cerveza sin, la que no sabe quién es, la que está de pie apoyando la libreta en la mesa alta a la entrada del Flamingo esperando a una amiga que viene de camino y llegará, mirando el teléfono cada poco porque espero un mensaje que no sé quién me tiene que enviar. Un mensaje fantasma, una revelación, algo deseable e improbable que ni imagino.
Pero yo
La vida fluye.
He estado normal
casi,
y también casi normal,
Casi.

Pero yo.
Siento el desarraigo.

Ese mensaje fantasma que no llega. Un insólito mensaje sin remite tras el que me olvide del teléfono y de la espera vacía. Nunca más ayer y mañana, pocas veces ahora, siempre aquí.
Pero yo sin pero. Ni muerta ni viva y sí dormida.
¿Por qué esta embriaguez sin beber?
 Son las palabras de la gente que va entrando, sus risas.
Es pronto, sí, pero yo hoy me voy.

Para Pepe y Mariajo por este año bonito y raro.

Flamingo 'on fire' en el patio.

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