lunes, 13 de abril de 2015

¿De qué huyes tú, niña?

"¿De qué huyes tú, niña?", me preguntó Pilar Baena vía feisbuc con su habitual gracejo haciendo un juego de palabras con el nombre del café-librería donde me estaba solazando: La Fugitiva, en la calle Santa Isabel de Madrid.
Le contesté cuando ya tenía en el cuerpo unos vinos y había pasado una tarde de charla extraordinaria con mi amiga Gema. Un vicio llama a otro y el bebercio a veces te infecta con algún soneto:

Hoy huyo de la angustia y la tristeza,
de aquello muerto que nos dan por vivo.
Huyo del verbo fácil, y el esquivo

verbo es el que no me da pereza.

Huyo del exterior, pero en mi oreja
vierten palabras sabias mis amigos.
Recibo sus consejos y los sigo;
yerro y me encuentro hogares, nunca rejas.

Siempre huyo de mí misma, y cada paso
en mí misma tropieza, y redoblada.
Refléjase mi cara en cualquier vaso.

Me apuro y me consumo, quedo en nada.
Mas pienso que la nada es un ocaso:
la noche es magia, y luz la madrugada.

Zia Mei


Un soneto es un pecadillo que te suele dejar con hambre. Por su culpa salió así mi versión formal de "¿Ha leído a Pirandello?".
:-)



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