sábado, 4 de abril de 2015

He probado casi de todo. Sí, de eso también. No, a mí no me funcionó.

He probado casi de todo.
Sí, de eso también.
No, a mí no me funcionó.
De lo que no he probado no puedo hablar.

Decirlo no es vivirlo.

No, no me ha servido lo que me contaste. No creo que nuestras situaciones se parezcan ni que yo lo pueda resolver como tú hiciste. De hecho pienso que no lo tienes resuelto, pero me gusta escucharte.
Sí, aunque te quejes, ¿acaso yo no me quejo?

¡Oye! No aproveches para recordarme todas la cosas que dices que haces mejor que yo; a mí no me sirve y si te sirve a ti, malo.

Es cierto que llamo poco; es esta temporada tan rara, la verdad es que apenas llamo a nadie pero ya sabes que en cuanto empiece no habrá forma de callarme.

Como si lo de pensar menos fuese tan fácil. ¡Dijo la sartén al cazo! Pero si tú pareces una centrifugadora, venga de darle vueltas a todo.

Ya va tocando quedar a tomar café, ¿no?. Mejor di tú qué día, porque si me olvido de llamarte para quedar me sentiré mal y si te llamo y tú no puedes también.

Sí, algo mejor, gracias. Antes o después se pasa. Siempre se termina pasando.

Y siempre vuelve. Y siempre se pasa antes o después.

(Y siempre vuelve)

(Y siempre)




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